En el universo del fútbol existe un antiguo y prolongado tabú: se trata del grave problema de la casi total inexistencia de diplomados de la educación superior entre los jugadores profesionales. Este libro establece un lazo con el pasado al relatar la historia de jugadores chilenos de la época del Mundial del 62, amateurs y profesionales, de los que solamente una parte de entre ellos, los que no pertenecían a clubes profesionales, pudieron realizar una formación personal de nivel superior. Desde entonces, las generaciones siguientes de futbolistas rentados chilenos han continuado recibiendo una buena capacitación en fútbol, como se puede constatar hoy día, al ser bicampeones de América; pero desgraciadamente ellos, así como casi todos los jugadores del mundo, no tienen aún posibilidades de formación universitaria para poder asegurar su vida y la de su familia al término del bien corto período de práctica al alto nivel. En efecto, aunque la gente cree que un porvenir dorado espera al final de su carrera a los jugadores profesionales, ello corresponde solamente a una bien escasa minoría.